Menopausia: la falsa crisis de los 50

Los condicionantes de la salud 

La actual esperanza de vida de las mujeres en los países privilegiados como el nuestro, alcanza ya una media de 85 años y muchas mujeres llegan a centenarias. La longevidad de las mujeres llega a ser de 5 a 7 años más que los varones, pero estos años vividos de más, lo son con peor salud percibida y peor calidad de vida. Según la OMS la razón del peor estado de salud de las mujeres respecto a los hombres, no son biológicas, sino por otros condicionantes creados por la sociedad androcéntrica, que han manipulado su propia historia y su manera de estar en el mundo. La biología es un factor condicionante, pero hay otros factores a cuidar que van a necesitar recursos diferentes a los que hasta ahora ofrecía la sociedad. Tenerlos claros desde las primeras etapas de la vida nos van a permitir vivir con mejor calidad y disfrutar más, porque la independencia económica, y emocional, que permitan a las mujeres tomar las decisiones vitales en todos los momentos de su vida va a ser crucial para su vida con calidad. Veamos en el cuadro adjunto que poco biológicos son los condicionantes de salud de las mujeres, pero que difícil es tenerlos en cuenta, ya que han formado parte de su propia historia, de su propia biografía, y dado que se ha pasado su vida cuidando hijas e hijos, a madres y padres y a todas las enfermedades de la familia, su propia vida se ha esfumado, y hay que volver a revisar en que aspectos debe enderezar los años que le quedan por vivir.

CONDICIONANTES DE ENVEJECIMIENTO SALUDABLE

  • Estrés, cansancio. 
  • Falta horas de sueño. Poco tiempo de ocio 
  • Pobreza / Exclusión social.
  • Edad / Estado civil.
  • Condiciones laborales.
  • Cargas familiares.
  • Falta de acceso a la cultura.
  • Etnicidad / Falta de poder 
  • Violencia / Relaciones de poder. 

Incluso Betty Friedan, en su libro “La fuente de la vida” nos recordaba que, para muchas mujeres, en etapas posteriores a una sexualidad vivida fogosamente, era más importante una noche bien dormida, igualándolo al placer de otras etapas de la vida. El agobio, el estrés, la doble jornada y las múltiples actividades a que se han comprometido, acaban ahogándolas, en lugar de proyectarlas hacia una vida con serenidad y placer. 

¿Por qué el miedo a la menopausia?

Si los condicionantes que determinan muchos de los miedos y ansiedad de las mujeres a partir de los 50 años son psicosociales ¿por qué tanto miedo a la menopausia? ¿Es una realidad lo que han visto reflejado en los medios de comunicación? ¿El miedo a la menopausia proviene de lo que les han contado o han visto en la evolución vital de sus madres, abuelas, hermanas mayores o amigas? Pensemos que, hasta finales del siglo XX, la investigación médica no se había ocupado para nada de la menopausia, como tampoco de la menstruación, e incluso ilustres ginecólogos, publicaban libros, recomendando el abanico como único tratamiento útil para las sofocaciones. Pero a partir de 1995, una oleada de publicaciones pagadas por la industria farmacéutica con estudios observacionales propagó que los problemas de salud que tuvieran las mujeres a partir de la menopausia eran debidos a la falta de sus hormonas, y que por lo tanto había que tratarlas a todas, para siempre. ¿Con qué evidencia científica? ¿Con qué efectos secundarios?

¿Qué pasa en realidad en la menopausia? 

Cesa la menstruación. Los ovarios dejan de responder al estímulo de las hormonas hipofisarias, y primero dejan de ovular, y no producen progesterona, y después dejan de producir estrógenos. El cese de la menstruación puede ser brusco, o puede ser precedido por un período de transición, en que los ciclos son irregulares, la menstruación se presenta cada dos meses o tres, o cada 15 días, y en algunos casos se acompaña de menstruaciones muy abundantes.  En los períodos en que el ciclo se alarga, las mujeres pueden empezar sentir un aumento de temperatura en general, o momentos en que aumenta el sudor y el calor en su cuerpo. 

No todas las mujeres sienten estas alteraciones, pero hay escasos estudios epidemiológicos sobre la sintomatología de la etapa de transición hacia la menopausia, como se llama a estos años. De hecho, la menopausia en sí se acompaña de dos síntomas que podamos atribuir a la bajada hormonal de estrógenos y progesterona: Las sofocaciones y la sequedad de piel. 

La sofocaciones se deben al estímulo de la hormona FSH ( Foliculoestimulante) y en parte de la LH ( estimulante de la luteína o progesterona)que se segrega en grandes cantidades, cuando el ovario no responde. La edad media del cese menstrual en nuestros medios es de unos 50 años, que oscilan entre 45 y 55 años. Sin embargo, en las sociedades con exceso de disruptores endocrinos ambientales, que imitan en el cuerpo el efecto de los estrógenos, la edad de la menopausia se está adelantando hacia los 40 años, o incluso edades menores. 

La secreción de las hormonas hipofisarias depende también de el equilibrio neuroendocrino de las hormonas en el cerebro y en concreto en el hipotálamo, por lo que todas las situaciones de estrés que estén viviendo las mujeres en este período, como las malas condiciones laborales, las sobrecargas familiares, la precariedad económica, van a empeorar el número e intensidad de las sofocaciones. Por el contrario, cuidar las horas de descanso y de ocio, cuidar adecuadamente la alimentación, el ejercicio físico, y empezar a recuperar los deseos, las ganas de gozar de los placeres que se han aparcado durante años, para cuidar a los demás, puede dar serenidad y todo lo que apague las tormentas emocionales, apaga también las sofocaciones, que acaban equilibrándose con el tiempo. 

Los riesgos de la Terapia Hormonal sustitutiva.  

Los demás síntomas atribuidos a la menopausia, no se han podido demostrar que estén relacionados con ella directamente, ya que no han mejorado con el consumo de Terapia Hormonal sustitutiva, como explica muy bien el certero análisis de la literatura científica realizado por la Dra Enriqueta Barranco. Ya los primeros ensayos clínicos, que se hicieron en los años 1998-2000, demostraron que se incrementaba el cáncer de mama entre las mujeres que tomaban terapia con estrógenos y progestágenos, así como un incremento de infarto de miocardio ( estudio HERS). 

Bernardine Healy puso en marcha el primer ensayo clínico multifactorial, con más 100.000 mujeres, el Women’s Health Initiative, y en el año 2000, se tuvieron que abrir las plicas de un grupo, el que tomaba terapia Hormonal sustitutiva con estrógenos y progestágenos, por incremento de cáncer de mama. Cuando se hicieron públicos estos resultados, tuvieron un gran eco mediático, y de 60 millones de prescripciones que se estaban administrando, se disminuyó en un año a 20 millones, y se pudo constatar una disminución de incidencia de nuevos cánceres de mama, en mujeres post menopausia.

Falta investigación específica

La investigación en el tratamiento específico de la sintomatología postmenopáusica ha avanzado poco en los últimos años. La insistencia por oleadas, en tratar con estrógenos, ha chocado con la resistencia de las mujeres a tomarlos por sus efectos secundarios. La propaganda de la industria farmacéutica está consiguiendo penetrar en la prescripción de hormonas a dosis altas, de muchos profesionales de la ginecología, que no vivieron, ni han estudiado la bibliografía de los años 2000 al 2010, ni han vivido las controversias. La formación sobre el ciclo menstrual casi ausente en la formación de las ciencias de la salud se hace prácticamente invisible alrededor de la menopausia y perimenopausia. 

La insistencia en administrar estrógenos y progestágenos ya fue criticada en el Congreso sobre Menopausia de Estocolmo, en el año 1997, cuando precisamente los investigadores del Instituto Karolinska demostraron que los progestágenos, derivados de hormona masculina, se acaban convirtiendo en estrógenos en terapias largas como las que se preconiza en las mujeres post menopaúsicas. Esa es la razón fisiopatológica del incremento del cáncer de mama.

 Por el contrario, pocos investigadores han reparado, que la progesterona natural puede evitar igualmente las sofocaciones y la sequedad piel, aplicada sólo como gel en la piel de muslos y abdomen, ya que no se convierte en estrógenos.  Este producto, comercializado a partir de la extracción de un cactus, comparte el efecto hormonal de muchas plantas que pueden imitar el efecto de la progesterona. Precisamente, por su amplia distribución en la naturaleza, su costo es mucho más económico que el de los estrógenos.

Si la menopausia en sí misma, no es un factor de riesgo para la larga vida que espera a las mujeres es cierto que al entrar en terrenos desconocidos, las mujeres desean encontrar mejor información sobre cómo dar mejor calidad de vida a sus años venideros. Vamos a reflexionar en estas páginas, qué actitud hemos de tener, en palabras de Anna Freixas, cuales han de ser las exploraciones que hemos de realizar, qué ejercicio físico tenemos que hacer, de manos de Maria Jose Hernandez, y qué hábitos alimentarios hemos de cultivar para mantener músculos, cartílagos y huesos sanos.  

No acabaremos con un solo dossier, pero tenemos muchas revistas MYS por delante.

Carme Valls Llobet

Endocrinología, Médica de Perspectiva de Género

Médica Endocrinología, especializada en Perspectiva de Género. Directora Programa Mujeres, Salud y Calidad de Vida. CAPS