Shere Hite: recordatorio

Cuando alguien muere se destapan recuerdos vívidos. Ha muerto Shere Hite y mis recuerdos sobre ella saltan del pasado. Esto es un recordatorio, no un obituario. O un réquiem sin música, no sé. Elijo recordatorio. Lo peor de vivir mucho no es el miedo a la propia muerte, que también, sino los muertos que van quedando en el camino.Ha sido una mujer importante en mi vida, lo mismo, imagino, que en la de los 50 millones de mujeres del mundo que leyeron su famoso Informe Hite sobre la sexualidad femenina. En la vida de todas las que sin saberlo empezábamos a sumergirnos en la tercera ola del feminismo.
Ella lo hizo de manera poco ortodoxa, como se hacían las cosas en los años setenta. Preguntando directamente a miles de mujeres, cosa que hasta entonces nadie había hecho, qué sentían antes durante y después de un acto sexual con un hombre, destapando sus secretos eternamente silenciados. Las entrevistadas no sólo describen detalladamente las prácticas, también narran sus sentimientos y sus ideas sobre la revolución sexual, sobre las relaciones con hombres o con otras mujeres, destacan la importancia de la independencia económica y del trabajo y sobre todo explican qué les excita, qué les desagrada, y sobre todo, qué desean. Tal era la ansiedad sobre el tema que su libro vendió 50 millones de copias y se tradujo a muchos idiomas. Y resultó que el orgasmo no llegaba como nos habían dicho. . .Y resultó que hasta Freud se puso en cuestión.
Oh… era la época del descubrimiento del clítoris. Palabra sucia. Palabro. Ohh, un gran paso para la humanidad, un gran descubrimiento para las mujeres. Muchos fueron a por ella. La insultaron a más no poder. La llamaron de todo menos guapa -su belleza incuestionable era más bien un hándicap. Aquí el mensaje llegó antes que la traducción, pero ésta también llegó. Un día sonó mi teléfono para avisarme que Shere me llamaría. Alguna amiga-hermana del colectivo de Boston me avisaba que quería que revisara la traducción española de Plaza y Janés. Así que con uno de los editores la fuimos a recoger al aeropuerto de Barcelona. Un shock… Parece que la veo aparecer por un pasillo, maletones y esa increíble melena. Nos llevaron al hotel Ritz para que nos pusiéramos las pilas con la traducción.
Ciertamente, trabajamos un buen rato aunque había poco que pudiéramos hacer porque el producto estaba a punto de entrar en imprenta. Y nos pasamos una noche “de chicas” contándonos nuestros secretos peor guardados. Un par de días después se fue por el mundo y yo volví a Palma. Y ahora viene lo mejor, o lo peor de este relato. Nos fuimos carteando: sus presentaciones de libros aquí y allí y una postal que acabo de encontrar en una de mis mil cajas que dice más de su vida que todo lo que me hubieran contado las crónicas sobre su persona y su libro. La presentación había sido en Australia. El texto decía: “He pasado un tiempo terrible en Australia. Casi me matan los “male male machos“ de la prensa allí. Estoy feliz de estar en casa“ Su vida no fue un camino de rosas. Y sus últimos años, menos.
Pero seguiremos pisando su huella. Y recordándola con admiración, agradecimiento y amor.


Gracias, Shere. Nunca te olvidaremos.

Leonor Taboada Spinardi

Directora de MyS