La mama reposa casi enteramente sobre un
gran músculo, el Gran Pectoral, algo que,
sorprendentemente, rara vez se tiene en
cuenta al hablar de ella.
Sin embargo, prácticamente toda la
inervación, la circulación y el drenaje linfático
que reciben las mamas, atraviesan o están
en relación directa con este músculo. Mirado desde una óptica dinámica, éste es
un dato muy importante. Según sea el estado del Pectoral- de
contracción y tensión, o bien de fl exibilidad
y relajación-, estos sistemas estarán
más o menos comprimidos, y su función
condicionada.
El Pectoral está tenso, hipertrofi ado o
excesivamente fi broso, en un porcentaje
altísimo de personas. Y tanto la atrofi a
como la hipertrofi a acortan sus fi bras. El
músculo se encoje pero no los sistemas
del entorno lo que provoca presiones y
acodamientos en ellos.
¿Por qué se contrae el Pectoral?
Las contracciones crónicas son las que, a la
larga, afectan a los órganos de la zona y
pueden ser de origen muy diverso.
El músculo pectoral, por sus inserciones
comunes con el gran dorsal, se contrae y
encoge paulatinamente a lo largo de la vida, junto con la cadena posterior de la espalda. Sin embargo, este proceso puede
intensifi carse por motivos diversos. Pueden
ser razones accidentales, profesionales o
modos de vida, como amas de casa que
deben levantar muchos pesos, mujeres
que trabajan en el campo. O pueden ser
hipertrofi ados sistemáticamente mediante
ejercicios de gimnasia que son cada vez
más practicados y publicitados como
garantía de salud
Las tensiones de nuestro cuerpo
tienen también otro lenguaje
Las contracciones musculares nos hablan
también de nuestras tensiones psíquicas, de
nuestros bloqueos emocionales, del estrés
en que vivimos. Por ejemplo, apretar los
Pectorales acercando los hombros, es una
postura que puede tener que ver con el
miedo y la infravaloración.
Por otra parte, una actitud corporal fi jada
a lo largo de la vida con gran tensión y
acortamiento de los Pectorales puede
hablarnos también de alerta continua, de
contención, de voluntarismo.
Los músculos también se contraen para
materializar el rechazo que podamos
tener con una parte de nuestro cuerpo.
De esta forma presionan terminaciones
nerviosas atenuando la información y la
sensibilidad, ayudándonos a establecer una
cierta distancia con ella. Disminuye así su
presencia en nuestro esquema corporal,
hecho que se traduce también en un
aislamiento energético.
Con la cantidad de signifi cados que tienen
las mamas para una mujer, no es de extrañar
que muchas tengan una relación hostil o de
rechazo con ellas.
Estas actitudes pueden ser fruto de
experiencias traumáticas, de una
transmisión negativa de la feminidad, de
desinformaciones y miedos. De complejos y
descontentos provocados por el uso y abuso
de la imagen erótica de la mujer en los
medios, estableciendo un canon de belleza
al que se supone deberíamos aspirar.
El rechazo se puede establecer también
cuando las mamas han sido fuente de
sufrimiento sexual, emocional y puede
acrecentarse más aún si enferman.
Tener una buena irrigación, un buen
drenaje, facilitando la eliminación de toxinas
mediante un pectoral fl exible es, sin duda,
un elemento preventivo importante; y
recuperar un buen equilibrio de la zona
debería ser tenido en cuenta tanto como
coadyuvante de cualquier tratamiento, una
vez establecida la patología, como para
la recuperación de la máxima normalidad
posible después de una intervención.
Eliminar la presión sobre estos vasos
sanguíneos, sobre el sistema linfático,
se logra mediante el estiramiento y la
fl exibilización del músculo pectoral y de los
músculos adyacentes que forman cadena
con él. (Una pequeña parte de la mama
reposa también sobre el Oblicuo mayor.)
Para estirar un músculo, en este caso el
Pectoral, hay que ponerlo en posturas
en las que sus fibras estén en su máxima
longitud, evitando que este estiramiento
sea compensado en otras partes del cuerpo
(brazos, tórax e incluso pelvis y piernas).
Estirar un músculo no es lo mismo
que potenciarlo
Mediante el estiramiento vamos logrando
que el tejido conjuntivo (blanco) suelte su
exceso de tensión y permita que la fi bra
muscular, la miofi brilla (roja) se active al
resistirse al estiramiento; estimulando así el
conjunto del músculo, en longitud, potencia
y fl exibilidad.
La mayor parte de ejercicios gimnásticos
que se preconizan para, según se dice,
mejorar el aspecto físico del pecho,
potencian, al contrario, la contracción e
hipertrofi a del músculo, lo que crea
una barrera que será franqueada más
difícilmente por los nervios y vasos que
aportan a la mama nutrientes y oxígeno y
drenan las toxinas.
Sin embargo, no solamente será
importante soltar la tensión del músculo
pectoral. El estiramiento despierta la
conciencia de la zona y este proceso
debería ir acompañado de una
recuperación de la mama como parte
nuestra. Permitir la sensación, permitir
el fl ujo energético, signifi ca también su
integración en el esquema corporal y la
aceptación de su signifi cado.
Esta secuencia conlleva a veces un proceso
emocional. Aparecen a menudo las causas
que motivaron el bloqueo de la sensibilidad
para ser comprendidas y elaboradas.
Además de liberar los sistemas que
alimentan la mama, de liberar los bloqueos
emocionales que provocaban la tensión,
es importante también buscar la forma de
actuar sobre las imágenes inconscientes
que tenemos de nuestro cuerpo, con las
que sin darnos cuenta,
mantenemos un
diálogo constante
con nuestro interior
retroalimentando
tensiones y bloqueos.
Visualización y contacto
Una buena manera de conseguirlo es
mediante la visualización y el contacto.
Se pueden utilizar diversos medios.
Por ejemplo:
Visualizar la imagen de la salud (mirar
imágenes de una mama sana) y transmitirla
mediante el contacto con nuestra mano.
Y, o, visualizar en cada espiración la apertura
de canales internos para dejar paso a
la energía; dejándola entrar suavemente
como para llenar un globo.
Otra forma: estando relajada al máximo
buscar en nuestro interior la imagen con
la que identifi camos nuestra patología
para, así, construir una visualización de
transformación. Por ejemplo, identifi co mi tumor con un
pedazo de hielo. Mi visualización podría
consistir en imaginar un gran chorro de aire
caliente que lo va disolviendo.
En las visualizaciones siempre hay que
potenciar la energía propia para que la
inteligencia corporal pueda resolver. Es
muy importante no entrar en confl icto con
nosotras mismas, con nuestro cuerpo.
Aunque es muchas veces difícil descifrar el
lenguaje con que nuestro cuerpo nos habla,
es potenciando el amor y el cuidado que
podremos tener acceso a la misteriosa llave
de la transformación. |