Mujeres y Salud - Revista de comunicación cientifica para mujeres
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Pero... ¿vivimos mejor?

Todas las encuestas que se han realizado en España y en el mundo, como la Encuesta de Salud de Barcelona (85-92) o la Encuesta Nacional de Salud (1996), han señalado que las mujeres presentan un índice inferior a los hombres en la valoración de la salud percibida. Esta sensación se debe también a factores socioeconómicos, a que la mujer está sometida a trabajos peor remunerados y peor cualificados, a una doble carga de trabajo, al cuidado de la familia y de los hijos y a que todo esto produce unas situaciones estresantes, pero la evidencia de que la utilización de los servicios sanitarios es predominantemente del sexo femenino en el caso de la medicina ambulatoria, y que la utilización del servicio de hospitales es mayor para el sexo masculino, hace plantear si realmente existe una morbilidad diferencial para el sexo femenino que nos obligue a unas determinadas estrategias de atención en medicina primaria y en salud pública. Bernardine Healy ya señaló en 1991 que "Ha llegado el momento de un movimiento general. Las mujeres tienen problemas médicos únicos, presentan una morbilidad mayor que la de los hombres y están afectadas por más enfermedades crónicas debilitantes. Hemos de estar totalmente atentas a estos hechos y tratar las enfermedades de las mujeres como diferentes de las de los hombres, pero de igual importancia" ("The Yentl Syndrome" New England Journal of Medicine, 1991; 325:274).

Problemas más comunes

Analizando fuentes de Estados Unidos (Verbrugge) y la Encuesta de Salud de Barcelona (1986) y del País Vasco (1985), hemos encontrado en las estadísticas de morbilidad que la diabetes, la hipertensión, la obesidad, las dislipemias, la artrosis, las enfermedades tiroideas, los trastornos mentales,la colelitiasis, las enfermedades genitourinarias y reumatoideas, son procesos predominantemente femeninos.

En el proceso más frecuente, la hipertensión, el 54% de las visitas provienen de las mujeres mayores de 60 años. También es notable la proporción de mujeres en edades medias que consultan por artrosis y diabetes.

Las mujeres presentan mayor incidencia de patologías en casi todos los índices de morbilidad crónica que no se hallan entre las principales causas de muerte, ni de incapacidad; son patologías que con frecuencia se presentan de forma difícil de objetivar, ya que se instauran de forma lenta e insidiosa y presentan características de cronicidad.

Aunque los hombres tienen vidas más cortas y menos sanas que las mujeres desde el punto de vista médico, las mujeres tienen vidas menos sanas desde el punto de vista socio-médico. Simplemente, no se sienten bien tan a menudo como se sienten los hombres. Estos estados de salud deficientes condicionan interrupciones en el trabajo y en la vida social y conducen a un aumento de la utilización de los servicios sanitarios. Dada la mayor vulnerabilidad y el carácter crónico predominante de la morbilidad femenina diferencial, las mujeres experimentan de forma más negativa para su vida cotidiana las consecuencias de sus enfermedades y lesiones, excepto en la primera infancia.

Continúa en Mucha vida después de la regla.

 

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