Las �Dones no estàndard�, o �Mujeres no estándar�, están poniendo en jaque el concepto de normalidad allí donde más falta hace, entre los más jóvenes. Constituidas como grupo, desde 1994, ganaron el Premio Maria Aurèlia Capmany del 96 convocado por el Ayuntamiento de Barcelona, y ahora se personan incansables en todas las facultades e institutos de Enseñanza Media. Cuentan con un programa diseñado para educar en la diferencia, tanto física como mental. Esfuerzo digno de admiración si tenemos en cuenta que el núcleo de fundadoras está compuesto por doce mujeres con más del 70% de minusvalía dedicadas a denunciar un sistema sanitario que las ignora. Un sólo ejemplo. Los aparatos que realizan las mamografías no están adaptados, así que la mayoría de estas mujeres se quedan sin las indispensables pruebas que garanticen su salud.

Dos son las reivindicaciones de �Dones no estàndard�. Espacios, tecnología, parámetros y asistencia sanitaria adaptados a sus limitaciones y una mayor conciencia social del concepto de diferencia. Y esta es la originalidad de su planteamiento, la analogía de la diferencia física y mental.
Carmen Riu nos la explica con una constatación de indudable valor interrelacional: �Cuando una persona tiene límites, si conciencia su situación, se vuelve más humana�.

Pero la diferencia dentro de la diferencia, con toda su crudeza, se manifiesta, sobre todo, entre la mujer y el hombre afectados de alguna minusvalía física. Al hombre se le prepara y estudia con vistas a ejercer una profesión, se le busca, incluso, una mujer dócil como esposa y enfermera. Y, si no, se le acompaña a un prostíbulo. Muy distinto a lo que se hace con la mujer, a la cual, hasta hace bien poco, ni se la educaba y, todavía hoy, se considera absolutamente lógico que carezca de relaciones sexuales. El resultado es el de siempre. La mujer con minusvalía se queda en casa, mientras los hermanos abandonan la familia tranquilos porque la dejan al cuidado de los padres. Unos padres progresivamente mayores que, a corto plazo, quedarán a su cargo.

Las �Dones no estàndard� practican una crítica exhaustiva, desde todas las perspectivas imaginables, del concepto de normalidad. Por eso, acogen en su asociación tanto a mujeres como a hombres, con y sin minusvalías. La única condición consiste en sentirse diferente y concienciarlo.