DE INFARTOS Y MUJERES
María Hernández (enfermera) nos
cuenta un caso vivido directamente
con final trágico.
"Desafortunadamente éste verano
en mis vacaciones viví el caso de una
mujer que murió a consecuencia, con
toda probabilidad, de un problema
cardiovascular no diagnosticado. Estabamos
en Menorca en un lugar de comunicación
dificultosa ya que debíamos tomar un barco para llegar
al pueblo y desde éste lugar coger un
bus o un coche hasta la ciudad.
La mujer se llamaba Ana, tenía unos
cuarenta y tantos años y estaba de vacaciones
con su madre, nos vimos en
el jardín porque ella me llamó para saludarme
y decirme que había visto bajar
a mis hijos. Me pareció que estaba
muy pálida y que retenía líquidos porque
toda ella estaba hinchada. Al preguntarle
por su estado, me explicó
que tenía un problema digestivo, pero
que la había visto su médico y no consideró
necesario que dejara de viajar
desde Madrid a Mahón. Le ofrecí cruzar
en el barco y traerle yoghurt, limones
o lo que necesitase. Quedamos en
que en cuanto se recuperara podríamos
dar una vuelta por la isla y reírnos
un ratito.
Qué impresión cuando a la mañana
siguiente al ir al comedor me relatan
los hechos de la noche... En éste lugar
no tienen contratado médico ni enfermera
y cuando surge una urgencia
suelen acudir a los profesionales hospedados si los hay. Ana no bajó a
cenar, se encontraba fatal y su madre
le subió algo para tomar. Más tarde
empeoró y la madre fue a buscar al vigilante
para intentar llevarla a un hospital.
En todo éste trágico escenario la
vio uno de los veraneantes que era
psiquiatra. El Insalud al teléfono hacía
todo tipo de preguntas, pasaron la llamada
de Palma a Mahón. Ana, todavía
consciente, fue subida a un tractor
que se utiliza en la residencia para
transporte de equipajes y alimentos.
El camino hasta el barco tiene muchos
baches, la pobre debió bajar en continuo
movimiento. Cuando la subieron
a la embarcación se desvaneció y
cuando el barco llegó a la orilla unas
turistas inglesas, con conocimientos de
reanimación, que estaban cenando en
un restaurante al pie de la embarcación,
subieron apresuradamente para
intentar reanimarla.
Pero ya no pudieron hacer nada por
Ana. María Santiago (médica de familia)
nos cuenta dos casos resueltos de
modo satisfactorio pero en los cuales
hubo riesgo de ser incorrectamente
diagnosticados:
"El primero es el de Manoli (la auxiliar
de clínica de mi centro de salud)
que tenía al marido ingresado
por una hemorragia digestiva y estaba
por esto muy nerviosa. Se quejó
de un dolor torácico del que la doctora
que la atendió en urgencias (en
el mismo hospital que el marido) no
dudó un instante de su origen cardíaco
y gestionó su inmediato ingreso
en la unidad de coronarias, tras las
pruebas pertinentes. La misma doctora, sin embargo,
nos comentó que, dados los síntomas,
hubiera sido fácil etiquetar el
cuadro de crisis de angustia.
El otro caso es el de una mujer viuda
que vivía sola y acudió una al centro
de salud. Desde que falleció su
marido consultaba con más frecuencia
de lo habitual por múltiples dolores óseos, pero el día en cuestión, la
paciente presentaba desde la madrugada
un dolor torácico sin gran
componente opresivo, sin irradiación
y con un cuadro de malestar general
con nauseas. Al llegar el cuadro tenía
una evolución al menos de cuatro
horas, acudía sin compañía y
caminando. A la exploración se vio
que las constantes vitales estaban
conservadas. Yo decidí una valoración
hospitalaria y llamé al 061 para
una U.V.I móvil. Como movilizar la
unidad siempre pasa por el criterio
del/de la médico/a encargado/a, en
esta ocasión, a la responsable le pareció
que el cuadro tenía muchas horas
de evolución, que la paciente
estaba estable, que el ECG no había
cambiado y que probablemente no
fuera un cuadro coronario; por lo
que decidió no enviarla. Optamos
por el único recurso que nos queda
en estos casos: una ambulancia de
traslado normal (conductor y camillero,
con posibilidad de oxigenoterapia).
Mientras llegaba intentamos
localizar a algún familiar de la paciente,
sin éxito y finalmente a los
pocos días nos enteramos de que la
troponina había sido positiva y la paciente
había ingresado con el diagnóstico
de infarto agudo de
miocardio en cara inferior.
RECUERDA: NO TODOS LOS INFARTOS EMPIEZAN CON DOLOR EN EL PECHO O EN EL BRAZO
Puedes sentir dolores detrás del esternón que suben por el cuello hacia las mandíbulas, dolores de estómago o abdomen, nausea o mareo, falta de aliento y dificultad para respirar, ansiedad, debilidad o fatiga inexplicable, palpitaciones, sudor frío o palidez. |
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