|
|
DOLORS ALEU I RIERA
Primera Doctora en medicina en Espa�a, y feminista comprometida
 |
Dolors
Aaleu I Riera |
|
 |
Dolors Aleu fue
la primera mujer que consigui� en el Estado espa�ol el t�tulo de doctora
en Medicina en 1882. Naci� en Barcelona el 3 de Abril de 1857. Acab�
los estudios de Medicina en 1879 pero no obtuvo el permiso para presentarse
a las pruebas de licenciatura el a�o 1882. De todos modos hay que
citar entre las pioneras a Martina Castells que lo obtuvo tres d�as
despu�s de Dolors y a Maria Helena Maseras que obtuvo la licenciatura
el mismo a�o aunque no se doctor�.
La tesis doctoral de Dolors fue publicada en 1883 con el siguiente
t�tulo: "Conveniencia de dirigir por nuevas v�as la educaci�n higi�nico-moral
de la mujer". Tambi�n es autora de la obra "Consejos a una madre sobre
el r�gimen, limpieza, vestidos, sue�o, ejercicio y entretenimiento
de los ni�os, (Barcelona 1882) Su lucha individual para acceder al
grado de doctora en medicina la dirimi� convencida de que el acceso
negado a este privilegio era una injusticia social contra las mujeres
y la pens� en t�rminos colectivos como se refleja en esta cita de
su tesis:
"Con todo y habernos negado la instrucci�n, con todo y existir tantas
preocupaciones sociales; con todo y haberse cubierto con la m�scara
del rid�culo a la pobre que con esfuerzos sobrehumanos se acerca a
las fuentes de la ciencia, la historia nos presenta much�simos ejemplos
de que la mujer ha brillado en todos los ramos del saber.."
y cita a Oliva de Sabuco de Nantes y Dorotea Erxleben como predecesoras
en la ciencia m�dica. Dolors Aleu ejerci� durante 25 a�os la medicina
y se especializ� en ginecolog�a y medicina infantil. Muri� en Barcelona
el 19 de febrero de 1913.
 |
Biznieta
de la Doctora Aleu
|
El pa�uelo
de la bisabuela
Este pa�uelo lo hered� de mi bisabuela. En realidad me lo dio
mi padre porque lleva una D bordada y yo me llamo Dolores por su abuela,
que seg�n parece fue la primera doctora en medicina de Espa�a. Mi
padre dec�a que la Doctora Aleu muri� de tristeza a los 48 a�os. Para
ella hab�a sido una satisfacci�n muy grande poder trasmitir sus conocimientos
a su hijo peque�o que acab� sus estudios antes de cumplir 23 a�os
y ser�a sin duda el heredero de su prestigiosa consulta. El hermano
peque�o de mi abuelo con el t�tulo de m�dico reci�n estrenado, muri�
de una tisis galopante que contrajo en el Hospital Cl�nico donde hab�a
empezado a ejercer como internista.
Mi padre dec�a que la doctora Aleu era muy inteligente. Ten�a una
inteligencia privilegiada, recalcaba, porque, aunque ella era la que
manten�a a la familia, siempre hab�a sabido estar en segundo lugar
para no rebajar a su marido.
Mi padre dec�a que por llevar este nombre me podr�a quedar con el
pa�uelo cuando fuera mayor. Durante muchos a�os odi� a mi bisabuela
porque por su culpa me llamaba Dolores y todos mis hermanos el d�a
de su santo hac�an una fiesta y yo no pod�a porque mi santo no ten�a
d�a fijo, se celebraba el viernes despu�s del mi�rcoles de ceniza,
y esto quer�a decir que empezaba la cuaresma, y no se pod�a comer
carne ni tampoco celebrar fiestas.
Cuando me hice feminista la odi�, a�n m�s, por haber sido capaz de
estudiar una carrera en aquellos tiempos en que ninguna mujer estudiaba,
y sin embargo, se dej� dominar por su marido de forma verzonzosa.
Han pasado los a�os y han salido a la luz historias de las primeras
mujeres universitarias de nuestro pa�s. He tenido ocasi�n de volver
a pensar en la bisabuela y he recordado una conversaci�n que tuve
con mi abuelo cuando mi padre no me dejaba ir a la universidad, y
le ped� al abuelo que me hablase de su madre. Me dijo que recordaba,
de ni�o, ma�anas enteras encerrado en una habitaci�n junto al despacho
de su madre. Eran los d�as de la colada. La criada pasaba la ma�ana
en el terrado y su madre ten�a consulta. Los ni�os ten�an que estar
quietos y sin hacer ruido mientras ella trabajaba. Entonces no le
di importancia pero despu�s de observar como el abuelo educ� a su
hija, sin apenas estudios pero con todo lo que una mujer necesitaba
para ser buena esposa y madre, creo que para �l fue una desgracia
tener una madre as�.
Cuando leo los textos tan progresistas de la Doctora Aleu encaminados
siempre a mejorar la vida de las mujeres, pienso en los dos hombres
que la sobrevivieron: El marido, tambi�n me lo cont� el abuelo, estaba
tan triste cuando ella muri� que hizo quemar todos tus libros, reduciendo
as� su recuerdo a unas fotograf�as, un peque�o escritorio y un pa�uelo.
El hijo intent� por todos los medios que el esp�ritu de la Doctora
no influyera en la educaci�n de su hija. Afortunadamente en las bibliotecas
se conservan sus libros y yo tengo su pa�uelo.
|
 |
|