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Más malos que la peste.
Plagicidas de uso ambiental: Un riesgo grave y poco conocido

<Francisca L�pez,1 Jordi Obiols2, Neus Moreno3 y Carme Valls Llobet3>
1Centre de Seguretat i Condicions de Salut en el Treball de Barcelona. Departament de Treball. Generalitat de Catalunya. 2 Centro Nacional de Condiciones de Trabajo. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. 3Programa Mujer, Salud y Calidad de Vida del CAPS. Barcelona


LA EXPOSICI�N INTENSA Y REPETIDA, PRIMER FACTOR DE RIESGO

Las caracter�sticas de este primer accidente fueron determinantes tambi�n en la afectaci�n cl�nica posterior, por lo que pasamos a describirlas brevemente. El accidente ocurri� en verano del 94, cuando aparecieron hormigas en un laboratorio de microbiolog�a y se hizo una primera fumigaci�n el 8 de agosto. En este caso las afectadas no tuvieron ning�n problema, pero al volver a presentarse la plaga de hormigas, el 22 de agosto del 94, se realiz� otra fumigaci�n sola en los lugares donde persist�an estos insectos. Al d�a siguiente, el 23 de agosto, al iniciar el trabajo el ambiente era totalmente irrespirable y cuando las trabajadoras entraron en el local se empezaron a sentir mal, con sensaciones locales de irritaci�n de ojos, nariz y garganta, as� como una tos irritativa de la que no pudieron mejorar ni saliendo de la habitaci�n. Adem�s, por las caracter�sticas del edificio, las ventanas estaban cerradas y no se pod�an abrir si no era con un permiso y una t�cnica especiales.

Las trabajadoras tuvieron que trabajar durante una semana en este ambiente irrespirable y sin poderlo ventilar, por lo que acudieron varias veces al servicio de medicina preventiva, que neg� la posibilidad de que los productos fueran t�xicos y, por lo tanto, no acept� las quejas de las pacientes, alegando que eran personas hipersensibles o muy "nerviosas". A partir de la semana de trabajar en este ambiente, las pacientes tambi�n observaron una sensaci�n de hormigueo en labios, extremidades inferiores y superiores, con parestesia y sensaci�n de acorchamiento de la punta de los dedos de manos y pies. Las trabajadoras fueron cambiadas de habitaci�n y el utillaje fue trasladado tambi�n a otra dependencia del mismo centro, pero se realiz� una limpieza a fondo del local afectado, con una m�quina de vapor, con vapor caliente, que provoc� la aparici�n de sintomatolog�a en trabajadoras que estaban en otras habitaciones en el piso superior e inferior. Posteriormente se comprob� que el organofosforado Diazinon se hab�a aplicado incluy�ndolo dentro de microbolitas de cera y, con el calor de la m�quina, se aument� la diseminaci�n del t�xico por medio del sistema de aire acondicionado.

CCOO, que detect� el problema, hizo una gran divulgaci�n del tema y se consigui� un acuerdo parlamentario que instaba al gobierno a establecer una normativa y obligar a cumplirla para evitar la aplicaci�n de productos t�xicos en los lugares de trabajo en presencia de personas usuarias o trabajadores.



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