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Más malos que la peste.
Plagicidas de uso ambiental: Un riesgo grave y poco conocido

<Francisca L�pez,1 Jordi Obiols2, Neus Moreno3 y Carme Valls Llobet3>
1Centre de Seguretat i Condicions de Salut en el Treball de Barcelona. Departament de Treball. Generalitat de Catalunya. 2 Centro Nacional de Condiciones de Trabajo. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. 3Programa Mujer, Salud y Calidad de Vida del CAPS. Barcelona


Introducción
Qu� son los plaguicidas?
  o Son unos compuestos qu�micos destinados a eliminar organismos vivos.
o Esto hace que presenten una cierta toxicidad para las personas.
  ¿Qu� son los xenoestr�genos?
  Los Xenoestr�genos son substancias sint�ticas que llegan al organismo humano (o animal) procedentes del ambiente exterior y una vez dentro se comportan como estr�genos fuertes. Est�n presentes en ciertos plaguicidas, combustibles y pl�sticos. Principales efectos perniciosos de los Xenoestr�genos en la salud humana:
o Aumento de la incidencia del c�ncer de mama en las mujeres
o Disminuci�n del recuento de esperma y la calidad de este.
o Aumento de la incidencia de c�ncer testicular


El uso creciente de sustancias qu�micas en el lugar de trabajo, como m�todo de lucha contra las plagas de insectos o como agentes de limpieza, y sus interacciones, est� resultando un serio peligro para los seres humanos. Adem�s, la reexposici�n a las mismas sustancias en el �mbito dom�stico, o en lugares p�blicos, a trav�s del aire, el agua o los alimentos, de forma continuada, aunque sea en dosis m�s peque�as, multiplica los riesgos y los efectos secundarios en los seres humanos, hasta hora mal estudiados y poco comprendidos.

Tanto los insecticidas, como los productos de limpieza clorados, tienen como caracter�stica com�n que son solubles en las grasas y que, por tanto, se depositan en las c�lulas grasas del cuerpo. Dado que las mujeres poseen de forma natural de un 15 a un 20% m�s de c�lulas grasas que el hombre, los efectos a largo plazo ser�n mucho m�s prolongados e intensos en el sexo femenino.

Por otra parte, dado que la mayor�a de los plaguicidas act�an paralizando el sistema nervioso de los insectos, los efectos neurot�xicos en el ser humano ser�n m�s intensos cuando las neuronas dispongan de poca oxigenaci�n (anemia) o de falta de ferritina (carencia que impide el transporte de hierro, en especial en las neuronas). Y dado que durante la edad f�rtil (14 a 50 a�os) la mayor�a de las mujeres sufren alg�n grado de anemia o ferropenia, la vulnerabilidad del sexo femenino a los productos neurot�xicos es, tambi�n, superior a la del sexo masculino. La Dra. Julie Fishman del centro Nacional de salud Ambiental de Atlanta, se�ala en un reciente art�culo, que es necesario valorar la exposici�n de las mujeres a t�xicos ambientales y como se desarrollan enfermedades que solo se manifiestan entre ellas ya que son m�s susceptibles a organofosforados, organoclorados, fatalos, disolventes, agentes de la limpieza, gasolina y soluciones para limpieza en seco.

Por todo ello hemos destinado un dossier especial de la revista Mujeres y salud (MYS) a los t�xicos ambientales en los lugares de trabajo y en los hogares, para dar a conocer tanto la sintomatolog�a como las consecuencias de la afectaci�n en los humanos y las formas de prevenci�n.

Existen en la literatura numerosos antecedentes de intoxicaciones agudas por organofosforados y organoclorados en lugares de trabajo, sobre todo entre trabajadores de la agricultura que han sido sometidos por accidente o por mala manipulaci�n de estos insecticidas a una exposici�n masiva, inhaladora o por contacto a trav�s de la piel en su lugar de trabajo.

Estas intoxicaciones masivas han dado lugar a una afectaci�n del sistema nervioso central con alteraciones perif�ricas polineuropat�as y procesos de degeneraci�n y de desmielinizaci�n de los troncos perif�ricos y tambi�n problemas respiratorios a corto, medio y largo plazo. En algunos antecedentes de la literatura tambi�n hemos encontrado (Ilina), que se hab�a descrito en trabajadoras de la agricultura que trabajaban con organofosforados, alteraciones en el ciclo menstrual y la presencia m�s aumentada de fibromas, miomas y metrorragias, adem�s de un incremento en la incidencia de abortos espont�neos y c�ncer de mama.

En animales de experimentaci�n que hab�an sido sometidos al contacto con el organofosforado paroxon, tambi�n se hab�an descrito alteraciones cr�nicas en el sistema nervioso central hipotal�mico, con un exceso de parasimpaticoton�a y un incremento cr�nico de la hormona de crecimiento y no de otros par�metros del sistema endocrinol�gico hipofisario.

Tradicionalmente, el riesgo por plaguicidas se ha vinculado a los procesos de fabricaci�n, formulaci�n y aplicaci�n de esos productos en la agricultura. Sin embargo, la utilizaci�n cada vez m�s frecuente de plaguicidas para desinsectaci�n de edificios est� suponiendo un riesgo laboral para muchos trabajadores de oficinas, centros docentes, sanitarios o comercios, con el agravante de que suele pasar inadvertido al no corresponder a la propia actividad o naturaleza del trabajo desarrollado. Por esa raz�n, casi nunca es identificado ni evaluado y, por tanto, no es adecuadamente controlado.

En Catalu�a, el Centro de Seguridad y Condiciones de Salud en el Trabajo (CSCST) ha creado una base de datos para centralizar la informaci�n sobre alteraciones de la salud en trabajadores por exposici�n involuntaria a plaguicidas utilizados en sus locales de trabajo. Entre Abril de 1994 y Julio de 1999, fueron registrados 16 episodios en la provincia de Barcelona con un total de 314 trabajadores expuestos, de ellos 184 con sospecha de afectaci�n y en 27 de ellos con sospecha de afectaciones m�s serias que posteriormente se est�n confirmando. Estos casos llegaron al centro oficial provenientes de denuncias sindicales a la Autoridad Laboral, a petici�n de las propias empresas o de los trabajadores afectados, remitidos por los servicios sanitarios y, en un caso, por una mutua de accidentes de trabajo. La mayor parte de los centros de trabajo involucrados corresponden a centros docentes, hoteles, residencias, oficinas o comercios.

Las personas afectadas no suelen ser diagnosticadas correctamente en un primer momento dada la variedad de s�ntomas que pueden aparecer y el desconocimiento sobre la posibilidad de que hayan estado expuestas a plaguicidas en su trabajo. Sin embargo es un hecho com�n la persistencia de problemas m�dicos a lo largo de los a�os en las personas que presentaron sintomatologia muy abundante las semanas posteriores a los tratamientos desinsectantes, con secuelas fundamentalmente de tipo neurol�gico y alteraciones del comportamiento. Hasta este momento 11 de ellas han sido declaradas en situaci�n de invalidez absoluta y dos m�s con invalidez total.



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