volver a portada
ATRAS
PORTADA MyS
 
REVISTA DE COMUNICACIÓN INTERACTIVA
MUJERES Y SALUD
ESTAS EN MyS 6
Opinión
ATRAS... PORTADA 6
MyS 6
¿ M y S ?
¿ M y S ?
OTROS RECURSOS
SUMARIO
LINKS
CONTACTA
SUSCRIPCIÓN
 
FORO
Esta es tu ocasión de opinar, contactar, denunciar y compartir...
Entra al FORO
 
E-MAILING-LIST
Enredarte con el MyS
 
VIOLENCIA, G�NERO Y SALUD
<Eileen Hoffman, M.D.>
IMPRIMIR
  Versión imprimible de este documento
¬

Si quisi�ramos darnos cuenta ver�amos que la mayor�a de los art�culos sobre "violencia" son historias reales sobre "varones violentos".

Esto no significa que las mujeres no sean violentas. S�lo nos muestra que la violencia masculina predomina. Aunque nosotros/as insistimos en hablar de este tema utilizando el g�nero neutro como violencia "escolar", violencia "juvenil" o violencia cotidiana, es interesante preguntarse porqu� un comportamiento tan claramente identificado con uno de los g�neros es tratado sin ninguna referencia a ese g�nero. Mi experiencia ha sido que el lenguaje de g�nero neutro se utiliza para describir un comportamiento cuando este es asumido como norma.

Cuando la discusi�n se refiere a los hombres, inevitablemente se centra en la testosterona y el comportamiento agresivo que �sta comporta -los hombres tienen mucha y las mujeres no. Si fuera tan simple podr�amos medir los niveles y decidir a partir de qu� punto hay riesgo y en tal caso evitarlo con una simple terapia. Pero los datos experimentales nos dicen otra cosa. Los niveles normales de testosterona son prerequisitos para niveles normales de agresi�n y, la vez, estos niveles normales de agresi�n desprenden una cantidad de hormonas que no puede ser predecible. Podemos afirmar que un comportamiento agresivo puede causar un aumento en los niveles de testosterona.

Robert Sapolsky, psic�logo del comportamiento, describe un interesante experimento tratando la agresi�n en machos y hembras. En su h�bitat natural, en Kenya, las hienas hembras son m�s grandes, m�s musculosas y m�s agresivas que los machos y son tambi�n m�s dominantes socialmente. De manera interesante observamos que las hembras tienen niveles m�s altos de testosterona (y hormonas) que los machos. Sin embargo, a las hembras que han crecido en la Universidad de California, en Berkeley, les es dif�cil establecer su dominio social sobre los machos, a pesar de tener un nivel m�s alto de hormonas. �El factor perdido? No hay un sistema establecido del que aprender.

A lo mejor este experimento nos ense�a que la violencia entre los humanos es por algo m�s que s�lo la testosterona y el instinto de los chicos de ser chicos. Es un comportamiento complejo que depende del contexto social.

El g�nero es importante para entender la violencia en algunos sentidos. Hay diferentes manifestaciones dependiendo del g�nero de la v�ctima. La violencia hombre-hombre es p�blica, en la calle. La violencia hombre-mujer es privada y sucede en el hogar. Cuatro millones de mujeres americanas son golpeadas por compa�eros �ntimos, causando lesiones a m�s mujeres que todas las formas de maltrato juntas. El coste de la violencia tambi�n varia con el g�nero. Los hombres son responsables de la carga financiera que la violencia comporta a nuestro sistema de justicia criminal. La mayor�a de los individuos encarcelados son hombres y el 85% lo est�n por homicidio. Desde el punto de vista de la sociedad un hombre violento es un criminal y una mujer violenta est� enferma pero:� Est� la justicia criminal tratando de encontrar una condici�n m�dica?. �� est� el sistema de cuidado de la salud tratando de encontrar una condici�n social?.

Obviamente ,estamos viendo el mismo fen�meno desde dos puntos de vista que tienen la misma "etiolog�a". El fracaso para identificar el g�nero femenino con los costes del cuidado de la salud asociado con la violencia, es similar a la ausencia del g�nero masculino cuando discutimos sobre el comportamiento violento en los medios. Dado que las mujeres raramente se identifican ante los proveedores de cuidado para la salud como v�ctimas de un asalto, los s�ntomas generados por un abuso sexual o f�sico son f�cilmente considerados de forma neutral (en cuanto al g�nero): fatiga, insomnio, palpitaciones, etc.

Los terapeutas de atenci�n primaria con formaci�n deficiente determinar�n generalmente depresiones, ansiedad, des�rdenes de estr�s post-traum�tico, disfunciones sexuales, y abuso de alcohol y otras substancias causado por la violencia.

Un estudio del Cook County Hospital muestra que el 46% de la mortalidad maternal era atribuida a violencia dom�stica. Las mujeres embarazadas maltratadas se encuentran tambi�n en riesgo: reci�n nacidos con pesos muy bajos, lesiones fetales, etc.

Es de alguna manera m�s f�cil identificar la etiolog�a social de las condiciones m�dicas como traumas vaginales, etc. Es bastante m�s dif�cil buscar en el contexto social de las condiciones comunes y reclamaciones en la atenci�n primaria de los "m�dicos de oficina", especialmente si el trauma ocurri� hace mucho tiempo, en la infancia. La mayor�a de los ni�os que han sufrido abusos sexuales son ni�as, y sus agresores son normalmente familiares o amigos de familiares (generalmente hombres). Las ni�as que sobreviven a los abusos sexuales se encuentran despu�s en las listas de j�venes embarazadas, consumidoras excesivas de sustancias alcoh�licas, mujeres con HIV, etc.

Embarazos no planificados e infecciones transmitidas v�a sexual que llevan a las mujeres a la infertilidad y a la pr�ctica del sexo inseguro son grandes contribuidores del coste del cuidado de la salud femenina. Los asuntos de salud mental como des�rdenes disociativos y la automutilaci�n se pueden observar en los supervivientes de incestos.

La cuesti�n es: �D�nde est� el l�mite? El an�lisis del g�nero no trata tan s�lo de las mujeres. Los hombres tambi�n tienen g�nero. Tanto en la atenci�n m�dica como en la salud mental o la reproductiva, el an�lisis de g�nero es imprescindible para empezar a rechazar a los chicos y a los hombres responsables de las agresiones, as� como las normas culturales que promueven los patrones del comportamiento violento. Podemos desarrollar estrategias para encontrar el diagn�stico y el cuidado, y a lo mejor prevenir des�rdenes causados por la violencia masculina , mejorando asi la salud de todo el mundo.

*(A publicar en ingl�s en RHM journal, Nov 2000; vol 8 (16))

Eileen Hoffman, M.D.
American College of Women's Health Physicians-(Art�culo seleccionado por el Boston Women's Health Book Collective)*.

Eileen Hoffman, M.D.


Arriba
MUJERES Y  SALUD
  ©1999 - matriz.net & M y S