| REVISTA DE COMUNICACIÓN INTERACTIVA |
| MUJERES Y SALUD |
<Carme Valls-Llobet >
Los problemas de la sanidad espa�ola que se est�n manifestando a la luz p�blica son s�lo la punta del iceberg.
Todas las personas que est�n "sufriendo" las consecuencias de la falta de recursos y de la mala organizaci�n y gesti�n de la sanidad, las personas usuarias (aqu� bien denominadas "pacientes") y los profesionales de la sanidad lo pueden atestiguar con miles de experiencias negativas.
El problema se amortigua a expensas de los profesionales que dan salida a las demandas de ayuda a costa de su propia salud, de su estr�s y de su "burn-out".
Las listas de espera, las visitas de cinco minutos, la demora en realizar exploraciones y el largo retraso en saber los resultados est�n acabando con la paciencia de miles de usuarios y sobre todo de usuarias, que por presentar m�s problemas de morbilidad cr�nica han de ser atendidas en la medicina primaria donde la masificaci�n y los retrasos est�n afectando seriamente a la calidad de la asistencia.
Y naturalmente... la gran propuesta. Si la atenci�n es deficiente, privatizar se presenta como la gran soluci�n cuando en muchas de las formas de ejercer la medicina privada no s�lo no se diagnostica la morbilidad diferencial sino que se medicaliza hasta el grado de que el 95% de los psicof�rmacos prescritos se administran a pacientes del sexo femenino.
El sistema de gesti�n que se separa de los intereses de los usuarios y de los profesionales es un sistema contrario a la atenci�n c�lida y de calidad. Las asociaciones de mujeres, las de vecinos y vecinas, las de usuari@s de sanidad han de solicitar nuevas formas de participaci�n en la gesti�n y en la decisi�n sanitaria.
Deber�amos pasar de pacientes a protagonistas de la propia salud.
Participemos en cambiar lo que nos somete, lo que nos humilla o lo que nos enferma. Reclamar una atenci�n de calidad para todos empezando por quienes menos la tienen, las mujeres: una prioridad que no nos va a permitir permanecer en silencio.