Mujeres y Salud - Revista de comunicación cientifica para mujeres
 
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El cuerpo del deseo
Carme Valls Llobet

Para las mujeres, la relación con sus cuerpos y su ciclo menstrual está presente desde la adolescencia, y si tuvieran tendencia a alejarse de sus cuerpos, cada mes la aparición de la menstruación les hace recordar su cuerpo unido al proceso de la reproducción.

Pero su imaginario ha quedado demasiado supeditado a la reproducción y, sus vivencias, al cansancio, el cuidado de enfermos y niños, y a la infinitud de comidas que han preparado a lo largo de siglos.

Muchas mujeres no sienten su cuerpo unido al deseo, al placer y a la sexualidad. Quieren aparentar belleza y estar delgadas, porque así lo imponen los cánones sociales, pero no sienten placer.

Se obsesionan con dietas adelgazantes, depurativas o tonificantes, pero no buscan ayuda para sus menstruaciones abundantes, que las debilitan mes a mes, y si la buscan a menudo sólo encuentran la incomprensión de algunos profesionales que, a falta de ciencia, les dan anticonceptivos. Se cansan de seguir terapias porque sus carencias acostumbran a ser crónicas y las obligan a consumir suplementos durante largos periodos de tiempo que les hacen perder la fe. Entonces abandonan o deciden vivir fuera de sus cuerpos, “como los hombres”, porque es muy pesado para ellas vivir en contacto con su interior. Empiezan a fumar y beber “como ellos”, esperando que estas adicciones les darán fuerza y les permitirán olvidarse de sus cuerpos y de sus problemas. No se dan cuenta de que sólo viviendo a flor de piel, en el dintel de nuestro yo interno y nuestro exterior, podemos mantener la conexión necesaria y construir un cuerpo y mente lleno de energía, que recarga sus pilas a diario, y no se debilita con adicciones indeseables.

Sin la vitalidad personal, que da lugar al deseo, no es posible la vivencia ni de la sensualidad (el pleno placer de los sentidos) ni de una sexualidad plena.

 

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