Mujeres y Salud - Revista de comunicación cientifica para mujeres
INICIO > Sumario MyS 15 > Trayectorias

Bajar el artículo
en pdf
Victoria Sau: "Mientras no está analizada al cien por cien, la realidad no se transforma"
Leonor Taboada

Muy suya y de todas.

Profunda. Original. Radical. Unica.
Sin estar en ningún grupo, ha conseguido que todas -agrupadas o no- la consideremos nuestra. Incontables artículos, conferencias, investigaciones, tesis y tesinas la citan o se inspiran en su trabajo. Dentro del feminismo español y mucho más allá, su palabra es leída y escuchada con respeto y seguida de por vida. Quien haya tenido la suerte de oírla personalmente sabe de qué hablo si digo que sus redes seductoras alcanzan hasta a la última butaca.

Siempre va un paso más allá. Brillo y audacia conceptual, humanismo y sentido del humor, envueltos en vestiduras inofensivas, que sorprenden, enseñan, convencen y dejan, siempre, ganas de más. Más libros, más artículos, más conferencias, aunque siempre haya que volver a sus clásicos: El vacío de la Maternidad, El Diccionario Ideológico Feminista, Hacia dónde va el feminismo..

"Mientras una parte del feminismo se pregunta, individual y cómodamente recostada en el diván '¿quién soy yo?', y otra parte busca afanosamente la referencia necesaria para una nota a pie de página que acredite como fiable su trabajo (...), he aquí que el mundo revienta de pobreza: millones de criaturas, nacidas de mujer, se asoman a un modelo de sociedad que les reserva una cuna de espinas..."

Victoria Sau Sánchez, 2002.
Doctora en Psicología

En su casa, una tarde de abril...
¿En qué trabaja ahora?

En un libro sobre la paternidad. Sobre la paternidad se está escribiendo bastante, pero creo que lo que tengo que decir sobre ese aspecto primigenio de la naturaleza, aún no se ha dicho.

¿Existe la nueva paternidad? ¿Funciona?

Existe, pero no funciona. Hay ciertos hombres que pretenden encajar una nueva paternidad, pero están perdidos, a tientas. Se nota que muchas mujeres ya no leen feminismo, pero es que los hombres no lo han leído nunca y entonces, sin una base teórica que les oriente el camino, claro que no saben por donde ir.
El cambio de mentalidad en el hombre, yo estoy segura de que se dará, el problema es cuándo...

¿Qué factores podrían acelerar ese cambio de mentalidad?

Que las mujeres espabiláramos más. Las mujeres nos hemos quedado de momento como descansando en la cuneta. Pienso que el feminismo se ha hecho extenso, porque se ha extendido muchísimo, y hay cantidad de aspectos que, aunque no se hayan resuelto cien por cien, están ya en vías de solución, pero son fruto del feminismo de hace veinticinco o treinta años. No hay ideas nuevas. Quizá se tienen que apurar más las consecuencias de lo conseguido. Pero las personas que vemos más allá nos impacientamos. Yo, por lo menos, me declaro impaciente, muy impaciente. Aunque ya tengo la resignación de que no veré en vida ni la cuarta parte de los cambios que tiene que haber.
Son para generaciones futuras.

¿Usted no cree haber visto un cambio en la Historia?!!

He visto parte de ese cambio. Estoy muy contenta, e incluso, lo he disfrutado yo misma. Yo misma he crecido con el país. Tuve una etapa de mi vida muy larga en que todo lo tenía en estado latente: luego explosionó cuando se acabó la dictadura y yo estaba ya preparada para conocer el tema de la mujer. Sin conocer el tema de la mujer, es como estar mirando un telón en el teatro y creer que es la realidad. El telón no me gustaba nada, me sentía rara mirándolo; yo ya tenía mi base feminista sin saber lo que era el feminismo pero, cuando descubrí el tema de la mujer, fue como si se descorriera el telón y entonces viera la realidad tal cual es. La vi cuando ya no era nada joven, pero creo que esto ha sido bueno para mí, porque ya tenía almacenadas todas mis resistencias y críticas, aunque no sabía dónde colocarlas.

¿Cómo llega al tema de la paternidad?

He ido haciendo acopio y, como ya escribí "El Vacío de la Maternidad" y pienso que más allá de decir que la madre no existe ya no puedo decir nada más, porque eso fue tocar fondo. La paternidad es un tema más político y social aún que la maternidad.
La paternidad, hoy por hoy, es la manera como el patriarcado manda que sea: todavía el patriarcado da órdenes sobre como debe ser la paternidad.

Muchas mujeres que son madres hoy día están muy solas. Aún no parece haber compensación ni equilibrio.

No hay equilibrio porque la maternidad no existe. Parece que está reconocida, pero no lo está. Hay una apariencia, pero, si fuera verdad, no pasaría que una mujer pierda el empleo por quedar embarazada. Si va a poner un nuevo individuo en la sociedad, y esto tuviera el reconocimiento total que debiera tener, una mujer que estuviera sin un hombre tendría recursos económicos para salir adelante o no perdería su trabajo, sino que, al revés, le darían un premio. Eso tiene que ver con el hecho de que doy por sentado que la maternidad no existe. Quizá las mujeres van intentando recuperar la maternidad sin saberlo, pero para hablar del vacío de la maternidad se tienen que reunir las mujeres.

¿Está confundido el deseo de maternidad?

Está confundido. No es un instinto, como está ampliamente reconocido, ni es global. En el momento en que la maternidad sea global, en que sean consideradas madres también las no madres, - una de mis teorías es que tanto es madre una mujer con hijos como una que no los tiene- estará reconocida, existirá. Mientras no lo esté, lo que hace la mujer no se le atribuye a la función materna, que es una función muy primaria pero primordial, porque no podemos olvidar que las secundarias vendrán apoyándose en estas primarias. Si lo primario falla es como si a una casa le fallan los fundamentos: llega un momento en que la casa se viene abajo.
El deseo de maternidad, la idea de que la mujer es también madre o de sus alumnos, o de sus vecinos, antes existía, de manera rudimentaria. Una vez, cuando era pequeña -he olvidado muchas cosas, pero no esta- yo andaba con los pies para afuera y pasó una señora que me dijo: "niña, no andes así porque te vas a acostumbrar y vas a andar toda la vida con los pies como un pato: anda derecha". Y desde entonces he andado derecha. Pero ahora es lo contrario y ahora parece que los hijos son, más que nunca, propiedad privadísima de los padres.

¿Quiere hablar del otro libro que planea?

No. Está más verde. Tiene que ver con los personajes de ciertas obras griegas, cuatro o cinco, que me fascinan. Y me sirven mucho para explicarme el presente, la realidad Para analizarla mejor. Porque mientras mejor analizada está la realidad, más propensa está a transformarse. Mientras no está analizada al cien por cien no se transforma.

¿O sea, que la revolución empieza por la mente?

Todo está en el cerebrito.

Por cierto, ¿no lo tenemos demasiado medicado con psicotrópicos?

Sí. Los médicos y médicas, la clase médica, ha venido a sustituir a la clase clerical. Antes el cuerpo estaba en manos de la religión y hoy por hoy, prefiero un cura que un médico. Con un cura todavía puedo discutir. Pero resulta que con el médico no porque él tiene un saber y yo soy lega en el oficio entonces estamos en sus manos. Y con el cuento de que la salud es lo principal..., aunque es sólo una parte de la salud lo que está cultivando la medicina. Ese tremendo dirigismo es la reacción patriarcal al movimiento de las mujeres. Como ellos tienen todavía el poder pueden inventar lo que sea para introducirlo de forma sibilina, suave. Hace años que dije que el siglo XXI sería el siglo de la dominación por la psicología. Porque en algunos países del tercer mundo las mujeres no pueden votar, por ejemplo, o existe la poligamia; tienen cosas visibles, por las que luchar, que es lo que ocurría en España los primeros años del feminismo. El aborto, el divorcio, la anticoncepción, estaban muy a la vista. Pero desaparecidas estas cosas queda lo gordo, lo más importante, las infraestructuras.
Ahora que esto está más o menos logrado, resulta que el poder del sistema es más sutil y nos manipula por vía psicológica. De ahí que todas las personas tendrían que ir al psicólogo o psicóloga para entender esos mecanismos, pero siempre que fuera feminista, porque, si no lo es, lo que hace es preparar a la persona para que siga adecuada como siempre.
Toda manipulación es psicológica y, además, hoy día no hay tiempo para la reflexión. Si viviéramos cuarenta años atrás, a lo mejor la gente tendría tiempo para leer y pensar y a lo mejor caería en la cuenta de las manipulaciones psicológicas. No hay tiempo porque hasta hay que divertirse de forma dirigida, como las vacaciones de millones a la vez.
Hay que tomarse la vida con más tranquilidad. Si haces menos cosas, o con menos estrés, dominas más la situación y la eficacia aumenta. Yo también lo he tenido que aprender por experiencia propia.

¿Cómo es que en cuestiones de salud estamos tan atrapadas en el sistema?

Hay que tener in mente que el patriarcado no da valor a la vida humana. No quiere la vida, sino las cosas. La vida, si se da, es por añadidura. Un ejemplo de ello son las guerras; da la impresión de que quieren acabarlas, pero se están preparando continuamente para continuarlas, incluso en períodos de paz. Allí entran los fabricantes de cosas (medicamentos incluidos).
Con el problema de la mujer se toca fondo de todo. Si se solucionara el problema de la mujer, por definición, quedarían solucionados los demás. Tendríamos problemas, la vida no sería un oasis pero desaparecería la base verdaderamente maligna. Hay pensadores - ni místicos ni atraídos por lo paranormal - que de alguna manera creen en la malignidad. Si al patriarcado lo llamas el maligno, estamos en manos del maligno, todavía.

¿El estado de bienestar significa llevar la medicina, el medicamento, y no la salud, a toda la población?

La salud está en el ser humano, en el vivir tranquilo, en el vivir sin apreturas: hay unas formas de vidas propensas a la salud y otras que provocan la enfermedad y hasta la muerte.

Los hombres "se arreglan" ahora. ¿Eso es nueva masculinidad o el mandato patriarcal es yo te vendo... lo que sea...?

Eso es economía pura. Es industria. Yo creo que los hombres rehuían arreglarse por no parecerse a las mujeres, porque su consigna de varón desde niño es como el negativo de una foto, el negativo de la mujer, y no lo digo yo sola, sino a través de cosas que he estudiado, porque el mandato primero para un niño es "no seas como una niña" y cuando se hace mayor "no seas nunca como una mujer". De modo que, la que es, es ella y él es el que no es.

"Ser mujer no es una enfermedad": ¿Le inspira algo?

Hay que aprender a vivir con salud... que no quiere decir aprender a vivir con medicamentos, sino aprender a vivir saludablemente: suprimir el estrés, no llenarnos de cosas innecesarias, comer con naturalidad de todo sin miedo pero moderadamente, y, sobre todo, eliminar los nervios, los estados nerviosos.

La Ministra de Sanidad habla mucho del cambio de hábitos de vida: ¿algo así como renunciar a lo superfluo?

Todo es ponerse los cristales adecuados en las gafas.
A veces ocurre en un momento: te apartas de la vorágine e intentas verlo todo desde fuera, y de repente lo ves horroroso y empiezas a cambiar las actitudes...

¿Los gobiernos paritarios pueden cambiar cosas?

Yo estoy contenta con la paridad. Al estar en número suficiente pueden llevarles la contraria y tener por lo menos un empate. Cuando se está en minoría se está perdiendo a priori. Poco a poco, pero se nota.

¿Es igual sean o no sean feministas?

Tenemos que arrostrar ese riesgo durante un tiempo. Hay hombres que tienen ciertas ideas más feministas que algunas mujeres. Pero para que las políticas avancen es necesario que las bases nos manifestemos pidiéndole a cada Ministra en concreto aquella que esperamos de ella. No debe haber un divorcio entre la política. Si las mujeres estuviéramos agrupadas para pedirle tal cosa o que rectifique otra y se las pedimos, que para eso está en el cargo, ella tendría un respaldo y estaría más motivada.

¿Está el feminismo en condiciones de hablar con una voz?

No está tan preparado: está viviendo de los residuos de lo que fue. Me parece muy bien que se haya extendido e institucionalizado mucho. Antes era negativa la institucionalización, ahora hemos comprendido que hace falta y también ellas han cambiado. El feminismo tiene que continuar porque yo soy de la opinión de que desaparecerá cuando desaparezca el patriarcado, pero mientras dura, tiene que estar en pie y lucha contínua.

Bibliografía

-Manifiesto para la liberación de la mujer (1974)
-Mujer, matrimonio y esclavitud (1975)
-Mujeres lesbianas (1980)
-Ser mujer: el fin de una imagen tradicional (1986)
-Aportaciones para una lógica del feminismo (1986)
-Reflexiones feministas (2000)
-Diccionario ideológico feminista (1977)

 

Volver al Sumario nº 15