Mujeres y Salud - Revista de comunicación cientifica para mujeres
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Patentar la vida
Carmen Magallón, Colectivo de redacción de la revista En Pie de Paz

La búsqueda a toda costa del beneficio económico como móvil supremo al que se subordinan, de hecho, todos los demás, se está convirtiendo en una de las mayores amenazas para la supervivencia de nuestra especie y de todo el planeta. En este mundo globalizado a marchas forzadas todo es válido si da dinero, ya sea la producción y comercialización de armas, ya sea la invasión del mercado de nuevos productos manipulados genéticamente cuya incidencia, a medio y largo plazo, sobre nuestra salud y la del Planeta, está lejos de conocerse.

En este marco la tendencia creciente a la apropiación de procesos y mecanismos vitales, es el nuevo paradigma de explotación del ser humano mujer, del ser humano hombre y de la naturaleza como fuente de vida. Patentar la vida es poner una marca de propiedad privada con un hierro al rojo sobre aspectos de nuestro desarrollo individual y de nuestra vida cotidiana que condicionan seriamente nuestra libertad. ¿Cómo nos protegeremos de la rapiña de un monopolio que controle los alimentos que afectan a nuestra salud y los medicamentos que pueden "curar" los daños efectuados por los déficits de esos mismos alimentos? ¿Cómo eludiremos la "limpieza genética" que puede acompañar al exhaustivo dominio y apropiación de los códigos que controlan una diversidad que puede ser considerada no deseable desde alguna instancia de poder no controlado, es decir, privado?

La utilización de la vida como moneda de cambio ha sido la constante en las sociedades patriarcales. Dominar la vida de los demás, intercambiarla por bienes u otros fines y, si es preciso, eliminarla, es la clave irracional sobre la que se ha configurado el poder de los varones a lo largo de los tiempos. Frente a la capacidad de las mujeres de cobijar y alentar la vida, ellos opusieron la capacidad de dar la muerte, como especificidad de la especie humana, que en la sociedad occidental fue conceptualizada como la especie de los mortales, en lugar de los nacidos. El resultado último de este sistema fue, y es, la utilización de la guerra como método supremo para resolver los conflictos.

En los últimos tiempos la nueva forma de dominio y control de la vida se lleva a cabo a través de la ciencia y la tecnología. El afán de patentar la vida, de apropiarse de ella con fines económicos, puede convertirse en la continuación de la guerra por otros medios.

Mientras crecen las voces y los movimientos que oponen una forma diferente de estar en el mundo, de relación entre los seres humanos y de relación con la naturaleza, el ritmo de las decisiones es tan rápido que habremos de actuar con urgencia si queremos evitar que la vida caiga en manos de la rapiña económica.

 

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