INTENTO
DE ADOPCIÓN
<E.M.>
Hace
unos 6 años que intenté en dos ocasiones adoptar un@
niñ@.
La primera
vez la respuesta de la Generalitat fué que no podia acceder
a este proceso porque la una normativa marcaba un tope hasta 55
años. Posteriormente esta normativa cambió y ya no
había límites de edad. Yo tenia 57 años. Me
decidí a intentarlo. Consulté a una persona responsable
de la Generalitat, a diferentes ECAIS (centros reconocidos para
tramitar adopciones en el estranjero) y siempre me animaban; nadie
me planteó ningún inconveniente; únicamente
la advertencia de que dada mi edad, el/la niñ@ sería
mayor de 5 años. Recabé información de diferentes
paises: Russia, Latinoamerica, China y Nepal. La asociación
"Amics del Nepal", que entonces era también ECAI,
ofrecían otros alicientes: vinculación en Nepal con
programas de cooperación, apadrinamiento, encuentros entre
personas adoptantes y sus hijo@s... Asi que con buenas espectativas,
inicié el proceso/calvario:
• Instancia/solicitud
a la Generalitat con respuesta afirmativa y designación de
un centro específico que decide e informa a la Generalitat
de la idoneidad o no de las personas solicitantes.
• Inscripción
a las sesiones de información/formación que se imparten
durante un fin de semana.
• Abono
de la inscripción. Creo recordar que eran 150.000 ptas.
• Asistencia
a las sesiones de información/formación.
El sábado
previsto, nos convocaron a estas sesiones; el grupo estaba compuesto
de parejas menos yo, que iba sola. En el transcurso de las sesiones,
las explicaciones siempre iban dirigidas a las parejas “la
pareja”, "los papás", “la familia”...
si yo hacía alguna pregunta, la respuesta era a "los
padres" y a "la señora". Era increible. Cuando
llegó el momento de practicar, nos dividieron en dos grupos:
en uno iban las madres y en el otro los padres. Cada vez tenia que
hacer la misma pregunta "¿y yo?". Parecía
que fuese la primera vez que se encontraban con una persona sola.
Me hicieron sentir bastante incómoda. Pero esto no era nada
en comparación con el proceso que siguió:
Una segunda
inscripción (200.000 ptas. aprox.) para las entrevistas con
psicóloga y visita de una asistenta social a mi casa. Ellas
tenían que recoger la información para la emisión
del informe de idoneidad.
Ya en la primera
sesión la psicóloga me advirtió que yo era
demasiado mayor (58), que en mi caso y para compensar, lo conveniente
seria tener una pareja joven (??), además que un@ niñ@
que viniera del extranjero no era bueno que tuviera el riesgo de
sufrir otra pérdida. Hacía referencia a la posibilidad
de que yo muriera. Con este panorama me animaba a que desistiera
y al negarme quedamos para otra entrevista. Me hice la reflexión
de que era correcto no exponer a un@ niñ@, supongamos de
Nepal a que al cabo de poco tiempo, yo desapareciera.
Así que
a la segunda entrevista le hice entrega de:
• escrito
de un matrimonio con hijos, amigos de confianza en el que se comprometían
a hacerse cargo de el/la niñ@ en el caso de que me ocurriera
algo (enfermedad, defunción) o necesitara ayuda; vivían
muy cerca de casa. Realmente, para mí fue un apoyo muy importante.
• escrito
de un amigo “joven” en el que se comprometía
a ejercer de tutor. También vivía en el barrio.
• escrito
de una escuela de prestigio del barrio, asegurándome la reserva
de plaza.
Siguieron 3
sesiones más. En el transcurso de las entrevistas, la psicóloga
manifestó abierta y repetitivamente que no estaba de acuerdo
con el cambio de normativa (sin tope de edad). Este comentario era
totalmente contradictorio con el encargo que tenían de la
propia Generalitat de Catalunya. Si no estaban de acuerdo, ¿por
qué aceptaron mi expediente?
En todas las
entrevistas tenía la sensación de que me sometían
a rayos X para poder ver mejor mis defectos. En ningún momento
me sentí apoyada por esta profesional.
Después
siguió la visita a casa de una asistenta social, yo diría
de modelo capitalista. Por mi trabajo conozco y tengo relación
con profesionales del trabajo social y nunca había visto
una como ella: despreciativa, altanera, todo le parecía poco.
Vivo en un ático de 50 m2. Con terraza, calefacción,
etc, situado en un barrio de clase media/alta, bien comunicado,
con zonas verdes... Expuse que estaba dispuesta, si era necesario,
a mudarme a un piso más grande. El interrogatorio a que estuve
sometida fue sobre mi trabajo y de forma exhaustiva; al finalizar
y viendo mi extrañeza de sus preguntas me comentó
que ella tenía una empresa del mismo tipo de servicios de
la que le estaba hablando. Tuve la sensación de que su informe
no me iba a beneficiar; y así fue.
Entre la psicóloga
y ella emitieron un informe indignante. Entre otras cosas, citaron
que yo habia pedido ayuda a amigos míos para que hicieran
de "canguros". ¡Qué frivolidad! Naturalmente
en su informe me declararon no idónea.
Al recibir
esta notificación por parte de la Generalitat, acudí
a un buen abogado y les contestamos manifestando la targiversación
de los hechos. Antes de recibir una respuesta oficial, tuvimos información
"off de record" de que el motivo era la edad y de que
nunca se cuestiona el informe que emiten l@s profesionales de estos
centros homologados. Posteriormente y de forma casual, supe que
la psicóloga en cuestión, había sido despedida
del equipo.
El final de
este proceso tan doloroso, me llevó a ofrecerme de cooperante
a la ass. “Amics del Nepal” y conocer una dura realidad
de las mujeres nepalies: la prostitución.
Barcelona,
3 de octubre de 2003
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