¿DE DÓNDE VIENEN LOS PADRES?
<Regina Bayo-Borrás>
LUCES Y SOMBRAS
REVELACIÓN Y ENIGMA:
Consideraciones en torno al silencio
sobre las características del origen
en la Reproducción Asistida.
La curiosidad infantil, imprescindible para el desarrollo cognitivo y emocional de un/a
niño/a, se basa en el deseo de saber de dónde viene, de cómo se hacen los niños. La pulsión
de saber (Freud, 1905) cuyo primer florecimiento aparece entre los tres y los cinco
años (después renace durante la adolescencia), recae en forma insospechadamente precoz
y con inesperada intensidad, sobre los problemas sexuales.
"¿De dónde vienen los
niños?" es el principal enigma que ocupa a la criatura humana. Las soluciones anatómicas
que fantasea (denominadas "teorías sexuales infantiles") son de lo más variopinto: se
conciben por un beso, vienen del pecho, son extraídos del vientre, el ombligo se abre
para dejarlos pasar, salen por el ano. La mirada perpleja hacia el hermanito recién nacido
despierta con más vigor si cabe las preguntas fundantes sobre la identidad y el origen:¿de dónde salen? ¿cómo se hacen?
Pero el enigma no puede ser desvelado todavía a edad tan temprana, pues la investigación
sexual infantil ignora dos elementos imprescindibles: el papel del semen fecundante
y la existencia del orificio genital femenino (la vagina), por lo que los esfuerzos
del pequeño/a investigador/a resultan por lo general infructuosos, y en no pocas ocasiones
pueden acabar en una renuncia que deje como secuela un deterioro permanente de
la pulsión de saber. Es así que en muchas ocasiones los impedimentos neuróticos del
aprendizaje tienen que ver con la angustia ante el saber. Saber o no saber, esta es la cuestión; y en el caso que nos ocupa, para poder llegar a
ser.
En este artículo quiero destacar las monumentales paradojas y manipulaciones (respecto
del saber y del ser) propiciadas por las Técnicas de Reproducción Asistida, en especial
cuando intervienen donantes, y, además, se legisla a favor del anonimato.
La ciencia y la técnica al servicio de la reproducción han proporcionado nuevas luces,
nuevas esperanzas y alegrías en el tratamiento de la esterilidad, y han emprendido una
interesante aventura experimental, con la que están conquistando metas en un tiempo
no muy lejano ciertamente insospechadas. Sin embargo, a cada nuevo paso hacia la luz
se dan otros tantos pasos en la sombra, con preguntas, incertidumbres y sufrimiento de
los usuarios. Por eso, antes de su intervención en las personas es conveniente una especial
atención a los motivos subyacentes que acompañan las ofertas (y, cómo no, también
las demandas) de reproducción asistida. Así, creo que es del todo imprescindible generar
un espacio de reflexión interdisciplinaria sobre los motivos y las consecuencias de su aplicación.
En definitiva, hemos de poder detectar con suficiente anticipación lo angustioso
y/o siniestro (las sombras) que posteriormente nos encontramos los terapeutas en la intimidad
de las consultas.
Y en este sentido he de destacar un fenómeno que trasciende las TRA, un fenómeno
prácticamente generalizado, y que atañe directamente al saber; aquel saber que implica
al ser, e imprescindible en la construcción de la subjetividad/identidad de los niños nacidos
por ellas; lo denomino el sistema silencio/secreto/mentira que pesa sobre la información
de las características de su concepción, y, si han intervenido donantes, sobre su
peculiar origen genético.
Si se ha de dar o no la información sobre la identidad de los donantes es una cuestión
que (sic!) continúan considerando los políticos de los países europeos. Algunos dicen –afortunadamente- que entre los derechos del niño reconocidos por la UNESCO está el
de todo niño a saber quién es su padre biológico. Así, la legislación alemana, austríaca,
suiza y sueca rechazan el anonimato del donante; en el Reino Unido se ha legislado que
hay que dar información no identificativa sobre el donante a los 18 años; en Suecia, los
individuos concebidos por donación de gametos tienen derecho incluso a información
identificativa, lo que les permite contactar con el donante cuando son adultos. La
Sociedad Americana de Esterilidad recomendó en 1990 que se dijera a los niños concebidos
a través de donación de gametos la verdad sobre su origen. Sin embargo, en España,
- desde la Ley 22 de noviembre de 1988, nº 35/88-, está legislado el mantenimiento del
secreto sobre la donación y el anonimato del donante. En realidad, el movimiento "de
apertura" en los países occidentales se debe a las experiencias e investigaciones de los
procesos de adopción, en los que se ha demostrado que el conocimiento del origen
genético es importante para el desarrollo "de un claro sentido de identidad", y, sobre
todo, para evitar las nada desdeñables repercusiones psicológicas que padecen estas personas
cuando hay silencio o secreto o mentira sobre su adopción.
Tanto es así, que en un estudio (N) realizado durante casi diez años (1989-1998) sobre
116 familias con un niño nacido mediante FIV, y en 111 familias con un niño nacido a
través de IAD, por recomendación de la European Comission Party on Ethical and Legal
Aspects of New Reproducitve Technologies en cuatro países europeos (España, Italia,
Gran Bretaña y Holanda), se han revelado aspectos importantes de esta cuestión que
merecen ser destacados.
"Como se podría prever, el inmenso progreso del saber positivo y de sus aplicaciones no
ha sido acompañado por un mínimo de progreso moral, ni de sus protagonistas ni de sus
conciudadanos". Cornelius Castoriadis.
Dicho Estudio dice que "contrariamente a lo que se esperaba, no hubo evidencias de
que las actitudes hacia la reproducción asistida fueran diferentes entre la Europa del
norte y la del Sur". "Es sorprendente –añade– que ninguna de las 111 familias de inseminación
de donante que participaron en la investigación hubiera hablado a sus niños sobre
su origen genético. Esto sugiere, –continúa–, que la inseminación de donante no se percibe
generalmente como una vía aceptable hacia la paternidad (la negrita es mía) en ninguno
de los países estudiados." Creo que deberíamos detenernos a reflexionar acerca de
esta sugerencia: "la inseminación por donante no se percibe generalmente (¡fue en todos
los casos!) como una vía aceptable hacia la paternidad." La pregunta que debemos hacernos
inmediatamente es: ¿qué ética sostiene la continuada demanda de donantes de
esperma y de óvulos que se realiza a través de llamativos carteles y anuncios en las facultades
(sí, ¡facultades! es lo que reclaman), y de las cuñas radiofónicas en los horarios de
máxima audiencia, invitando a las/los jóvenes a ser generosas/os donando óvulos y esperma?¿La industria de la reproducción asistida cree, en verdad, que es lo mismo solicitar
gametos que donación de sangre? ¿O que sembrar guisantes, que es la imagen con que
ilustran los pósters de las paredes? Si todavía el imaginario social compara el deseo de un
hijo y de ser padre/madre con el de sembrar semillas, ¡y que otros recojan los frutos! el déficit en las posibilidades del saber dejará inevitablemente sus secuelas en las posibilidades
del ser; porque, ¿no se está, además, alentando, a no ser responsable en lo que concierne
a los hijos? ¿Los hijos, se tienen, o "se" hacen, o "los hacen?"
¿Qué dice la ley española? (año 2002)
CAPITULO III – De los donantes – Artículo 5º
5.- La donación será anónima, custodiándose los datos de identidad del donante en el más estricto secreto y en clave en los Bancos respectivos (Bancos de secretos, de donantes anónimos) y en el Registro Nacional de Donantes.
Los hijos nacidos tienen derecho, por sí por sí o por sus representantes legales, a obtener información general de los donantes que no incluya su identidad. Igual derecho corresponde a las receptoras de los gametos. Sólo excepcionalmente, en circunstancias extraordinarias que comporten un comprobado peligro para la vida del hijo o cuando proceda con arreglo a las leyes procesales penales, podrá revelarse la identidad del donante, siempre que dicha revelación sea indispensable para evitar el peligro o para conseguir el fin legal propuesto.
7.- Los Centros autorizados y el Registro Nacional adoptarán las medidas oportunas y velarán para que de un mismo donante no nazcan más de seis hijos. (por qué seis?)
Art. 6º, apartado 3: La revelación de la identidad del donante en los supuestos en que proceda con arreglo al art. 5 apart. 5 de esta Ley, no implica, en ningún caso, determinación legal de la filiación. |
En el mencionado estudio se considera que el hecho de que se haya mantenido el secreto
a niños de 4 a 8 años "no parece negativo para la relación familiar o el desarrollo psicológico
del niño..."¿Es posible realizar esta apreciación cuando sabemos el estrés emocional
que genera en una familia un silencio/secreto/mentira sobre una cuestión tan fundamental?
Pero a continuación añade que "se mantiene la incógnita sobre si el secreto
ocasionará dificultades a los niños cuando crezcan... en el momento de la adolescencia,
momento en que los aspectos sobre la identidad y las dificultades en la relación con los
progenitores afloran de una manera más evidente". Estas polémicas se introducen en las "novelas familiares" de todo neurótico. Freud
habló de las fantasías de los niños que suponen que los verdaderos padres son reyes y
princesas, a diferencia del estatuto social de sus padres reales. Nada impide que un niño
adoptado fantasee sobre sus padres biológicos, como también lo hacen los niños no
adoptados. En el caso de "niños de donante", la búsqueda de la "verdad biológica" del
componente genético del dador entra de lleno en este género de fantasías. Estas fantasías ¿no incluirán una imagen idealizada del donante, lleno de "facultades", pues es "sano, joven e inteligente, además de generoso y altruista?" O por el contrario, ¿no fomentará
las fantasías denigradoras, pues, en definitiva, "no era responsable, me abandonó, nunca
quiso saber que pasó conmigo, etc.?)".
Se cree que los problemas pueden venir a propósito del secreto o de la revelación al
niño (N) En realidad, la elección entre secreto y/o revelación depende del contenido del
secreto. Este contenido es función, por una parte, de las circunstancias que animaron a la
pareja a recurrir a la IAD; y de otra, de la organización de los conflictos intrapsíquicos y
de la personalidad del marido y de la mujer.
En estudios realizados con parejas en Francia, a la sugerencia de hablarle al niño del
don de ovocitos, la respuesta de la pareja era generalmente afirmativa, pero perpleja;
posteriormente, se constataba que le habían hablado de la fecundación in vitro, pero que "olvidaron" el don de ovocitos.
Cuando escogen el secreto, la razón invocada es la de la necesidad de secreto "para el
niño" Pero en realidad, el peligro de la revelación es doble a los ojos del adulto. Por un
lado, el niño podría quedar "traumatizado", como si existiera un "traumatismo de la concepción"
del que hay que protegerle. Las angustias depresivas de los padres se proyectan
aquí sobre el niño. Por otra parte, podría ser peligroso, podría ir a buscar a su padre biológico,
apartarse de ellos, reprocharles la inseminación. La familia propia también es vivida
como peligrosa por parte de la pareja. En definitiva, nos encontramos con un
Silencio/Secreto/Mentira a 3 bandas: familia propia, entorno social y niño.
Este niño, que por un lado debe ser la prueba de la fecundidad de la pareja y de su respeto
a la ley (leyes de la naturaleza, conforme a lo normal) es, sin embargo, también peligroso,
pues les reenvía, por su misma existencia/presencia, la imagen de esterilidad para
el hombre y de "relaciones sexuales" culpables para la madre (en caso de semen de
donante). El niño aparece aquí, pues, como el lugar de proyección de las angustias y de
los fantasmas de los padres.
Por otro lado, también es importante resaltar que identificar la cartografía genética no
hace de un hombre/donante el padre del niño, ni a una mujer/donante la madre. Padre y
madre son funciones simbólicas, apuntaladas en lo real de las personas que las detentan,
y que contribuyen decisivamente al sentido de pertenencia a una familia. Lo que cuenta
aquí para el niño no es tanto el hombre genitor, sino la presencia activa de una imagen
identificatoria, y en este sentido tiene especial importancia la manera en que el marido
viva su paternidad, y la importancia del reconocimiento por parte de la madre de esa
paternidad, todo lo cual permitirá al niño recorrer el camino que va de las identificaciones
a la identidad. Y en la adquisición de la identidad, la cuestión genética es parte indisociable
del patrimonio heredado. Y de esa herencia, ¿dónde están los padres? ¿De
dónde vienen, o dónde se han ido?.
Regina Bayo-Borràs
Psicóloga-Psicoanalista
BIBLIOGRAFIA
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- Guerra,D. Et al. (2000) "Impacte psicològic de l’esterilitat i el seu tractament sobre les famílies i els nens", en Llibre de Ponències del Setzè Congrés de metges i biòlegs de llengua
catalana. Barcelona.
- Porta, R. (2000) "Seguiment dels nens nascuts després de técniques de reproducció
assistida", en Llibre de Ponències del Setzè Congrés de metges i biòlegs de llengua catalana.
Barcelona.
- Soulé, M. (1993) "La inseminación artificial". En "Tratado de Psiquiatría del niño y del
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- Tort, M. (1992) "Le désir froid" París. Ed. La Découverte.
- Tendlarz, S.E. (1999) "El psicoanálisis frente a la reproducción asistida". Buenos Aires. Editores Contemporáneos.
- UNICEF- (1989) "La convención sobre los derechos de los niños" Asamblea General de
las Naciones Unidas.
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