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REVISTA DE COMUNICACIÓN INTERACTIVA
MUJERES Y SALUD
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  DAR MUCHO, RECIBIR POCO: CUESTI�N DE ESTATUS
<Luc�a Artazcoz Lazcano >

Cuando el esfuerzo en el trabajo supera las compensaciones: un riesgo laboral poco conocido

La Ley de Prevenci�n de Riesgos Laborales, que ve la luz a finales de 1995, establece la obligatoriedad para las empresas de realizar una evaluaci�n de riesgos laborales, a partir de la cual deben dise�arse los correspondientes planes de prevenci�n. Supone un paso hist�rico en la prevenci�n de riesgos laborales en este pa�s, pero me temo que no estamos aprovechando esta oportunidad. As�, a pesar de que a�n hay quien habla de la "nueva ley", han pasado casi cinco a�os, en los que poco ha cambiado para la salud de los trabajadores y trabajadoras. Cada vez que se lanza una campa�a de prevenci�n de riesgos laborales en los medios de comunicaci�n, es casi inevitable la imagen del obrero de la construcci�n o la asunci�n de que los riesgos laborales son s�lo los relacionados con la falta de seguridad en el trabajo. Obviamente no voy a negar el drama de los accidentes de trabajo, ni la falta de seguridad en un sector como la construcci�n, pero en la medida en que la mayor�a de los trabajadores y trabajadoras estamos ocupados en el sector de servicios, los factores relacionados con la seguridad no son los que m�s nos afectan.
Lucía Artazcoz Lazcano


Es posible que muchas lectoras, poco familiarizadas con la salud laboral, piensen tambi�n en los accidentes de trabajo como el principal problema a abordar. Sin embargo, deben saber que existen, adem�s, riesgos relacionados con la higiene como la ventilaci�n, los al�rgenos o los t�xicos ambientales, con la ergonom�a como las posturas forzadas o la movilizaci�n de cargas pesadas o, finalmente, riesgos de naturaleza psicosocial. Todos ellos deben ser evaluados y prevenidos, cosa que ahora no sucede. Si los riesgos higi�nicos o los ergon�micos reciben muy poca atenci�n por parte de profesionales y agentes sociales, los psicosociales son sencillamente olvidados, aunque parad�jicamente son los m�s presentes en nuestra vida cotidiana. Ilustrar� esta afirmaci�n con uno de ellos, el desequilibrio entre el esfuerzo y las compensaciones.

El trabajo remunerado es uno de los ejes fundamentales de nuestras vidas. Las personas ponemos un esfuerzo en cada uno de estos ejes - pareja, familia, trabajo... - en funci�n de las compensaciones que obtenemos, que pueden ser de diferente naturaleza. En el caso del empleo, son posibles fuentes de compensaci�n el salario adecuado al esfuerzo, el reconocimiento (importante para mantener los niveles profesionales de autoestima y autoeficacia) y el control de estatus, es decir, el grado de certidumbre sobre el propio futuro o de cumplimiento de las expectativas que nos hemos creado.

Para tener una vida saludable y plena, necesitamos un cierto grado de certeza sobre nuestro futuro; necesitamos tambi�n alcanzar las expectativas que nos hemos marcado en relaci�n al trabajo. Son amenazas directas al futuro en el trabajo, la inestabilidad laboral o los cambios no deseados; lo son a las expectativas creadas en torno a �l, la falta de perspectivas de promoci�n o la inconsistencia de estatus, es decir, hacer un trabajo por debajo de la propia cualificaci�n. Es frecuente, en mujeres con alto nivel de estudios, la decisi�n de comenzar su vida laboral en una ocupaci�n estable y poco cualificada, a la que resulta f�cil acceder (ej. como auxiliar administrativa en la administraci�n p�blica), con el fin de compatibilizar temporalmente las demandas familiares con el trabajo remunerado, siempre con la esperanza de ocupar un puesto de trabajo adecuado a la propia formaci�n en un futuro pr�ximo. Suele suceder que esta situaci�n se alarga en el tiempo, la mujer no tiene tiempo para actualizar su formaci�n, y lo que inicialmente hab�a sido una soluci�n transitoria se convierte en una fuente perpetua de frustraci�n. Hab�a estudiado muchos a�os, con la expectativa, tal vez inconsciente, de un futuro en el trabajo remunerado equiparado a esta formaci�n, pero se ha quedado muy lejos de ese escenario deseado.

En un estudio reciente realizado en una empresa p�blica de nuestro pa�s, en mujeres, la inconsistencia de estatus se asoci� a mayor riesgo de exceso de colesterol, de la fracci�n "mala" del colesterol, de triglic�ridos y de hipertensi�n arterial combinada, sist�lica y diast�lica, independientemente de la edad, el peso, la ocupaci�n o el tabaquismo. Este hallazgo es consistente con los de numerosos estudios que muestran la relaci�n entre estos factores de riesgo psicosocial y los trastornos cardiovasculares, primera causa de mortalidad en los pa�ses desarrollados.

Algunas teor�as psicol�gicas sostienen que la situaci�n de falta de equilibrio entre el esfuerzo y las compensaciones, no se mantiene durante un largo periodo de tiempo y por tanto no tiene importancia desde el punto de vista de la salud. Las personas actuar�an para equilibrar el balance, reduciendo su esfuerzo o sus expectativas. El problema es que en la actualidad, los trabajadores/as no tienen la libertad para tomar esta decisi�n. Por un lado los que est�n en ocupaciones poco cualificadas se ven obligados a mantener un alto esfuerzo, a pesar del bajo reconocimiento, de trabajar en situaci�n de inconsistencia de estatus o con un sueldo insuficiente, porque si perdieran el trabajo les ser�a muy dif�cil encontrar otro. En un mercado laboral tan competitivo como el actual, tambi�n los trabajadores m�s cualificados mantienen de forma cr�nica un alta carga de trabajo esperando un prestigio y una promoci�n que no acaban de llegar.

La alta inestabilidad del mercado laboral en nuestro pa�s - la tercera parte de la poblaci�n trabajadora tiene un contrato temporal, cifra que triplica la media de la Uni�n Europea - y el lento cambio
en los roles tradicionales de hombres y mujeres en relaci�n al trabajo, hacen pensar que estos factores de riesgo psicosocial est�n llamados a ser protagonistas, lamentablemente protagonistas, de la vida cotidiana de muchas trabajadoras. Esperemos que tambi�n lo sean de las pol�ticas de prevenci�n de riesgos laborales.

Luc�a Artazcoz,Licenciada en Medicina y Cirug�a, especialista en Medicina Preventiva y Salud P�blica, T�cnica de Salut P�blica en el Centre de Salut Laboral del Ajuntament de Barcelona
   
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